América Latina presenta reactivación

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Según la Asociación Latinoamericana del Acero (Alacero), el impacto de la crisis derivada del coronavirus (Covid-19) en América Latina se refleja principalmente en el consumo de acero, que en abril de este año disminuyó un 30% y un 11% en el acumulado hasta esa fecha. No obstante, uno de los indicadores de la recuperación dice relación con la producción de acero crudo de mayo, que cayó un 29% en mayo, pero que creció un 8% en comparación con abril de este año.

A nivel mundial, la industria siderúrgica mundial redujo su producción de acero crudo en un 5,2% hasta el quinto mes de 2020. Mientras que en comparación con el mes anterior se un incremento del 9,1%.

“Estamos entrando a una etapa de transición, en la cual todavía no está clara la dirección para el corto plazo, ya que observamos algunos signos positivos, pero se mantienen los negativos. Debido a la contracción económica, la demanda mundial de acero se estima que podría disminuir un 6,4% en 2020 y recuperarse un 3,8% durante 2021. Esta reducción se debe principalmente a la caída generalizada en todos los países, con excepción de China, que crecerá el 1% en 2020”, informó Alacero en último reporte.

Importaciones y producción local

Durante el primer trimestre de 2020, las importaciones como porcentaje del consumo alcanzaron el 35%, mientras que en abril crecieron hasta el 41%. En tanto, la producción local representó el 81% del consumo, aunque en abril fue solo del 74%.

El director general de Alacero, Francisco Leal, aseguró que esta sustitución de producción por importaciones en las condiciones actuales de crisis debe ser un llamado de atención a los Gobiernos para enfrentar esta problemática. “Tenemos que advertir que ahora más que nunca es necesario evitar las importaciones desleales, como las que provienen de China, y fomentar el consumo interno. Es momento de que gobiernos e industria trabajen para crear condiciones con el fin de poder salir fortalecidos luego de este período, en términos de fomento a la infraestructura, cadenas de valor y fortalecimiento del tejido industrial que es el generador de empleo”, destacó.

Cabe destacar que América Latina enfrenta complicaciones porque no tiene una capacidad económica suficiente para enfrentar la crisis de salud pública, sumado a que algunos Gobiernos no han aplicado todas las acciones necesarias para mitigar los efectos de dicha crisis.

Según Alacero, hay ejemplos de países como Singapur que se pueden considerar modelos a seguir, ya que además de usar la tecnología y de dedicar recursos (20% de su PBI), se han implementado medidas fiscales como la suspensión temporal de impuestos , apoyo a la nómina de las empresas para prevenir despidos, cambios a los estatutos de incapacidad por salud con una mayor contribución por parte del Gobierno, ayuda directa a microempresas y economía informal sin obligación de devolver préstamos, entre otros.

T-MEC

El miércoles 1 de julio se inició la vigencia del nuevo tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), que brinda una oportunidad para atraer inversiones y ayudar a la reactivación económica de México. Sin embargo, Alacero remarca que esto debe estar acompañado de una política económica gubernamental que estimule el ambiente de negocios e inversión.

“La reformulación de los términos del tratado, que incluyen sueldos, cuestiones laborales y ambientales, debe ser bien analizada para evitar que se convierta en una oportunidad perdida de reemplazar a China o Asia en las cadenas de valor de América del Norte. Para que el nuevo tratado comercial sea un instrumento que promueva el desarrollo económico y social, debe estar acompañado por un gobierno que brinde seguridad jurídica y respeto por el estado de derecho” concluyó el reporte.

Fuente: www.mundomaritimo.cl

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