Unesid celebró el pasado 2 de julio su 52ª Junta General en la que se aprobaron las cuentas de 2019 y el presupuesto de 2020 y que, debido a las circunstancias actuales, se realizó por medios telemáticos. En ella participaron como invitados, también de forma telemática, Antonio Garamendi, presidente de la CEOE, Julián Núñez, presidente de Seopan, y José López-Tafall, director general de Anfac.
Por su parte, el presidente de Unesid, Bernardo Velázquez señaló en su intervención el impacto que las relaciones internacionales, y en particular la guerra comercial entre EE UU y China, tienen para Europa y para España.
Son ya dos años consecutivos en los que las relaciones internacionales son preponderantes en el análisis del sector. La Unión Europea y España son observadores perjudicados por la guerra comercial y por la hegemonía mundial entre China y Estados Unidos que daña, de paso, a la Organización Mundial de Comercio. Esta situación afecta de cerca a la industria del acero ya que el sector siderúrgico está totalmente liberalizado y sus productos están sometidos a un intenso comercio internacional. La reducción del crecimiento y el comercio mundiales influyeron en el consumo de acero en 2019, que perdió un 5,3% anual en la UE y un 4,4% en España, quedando en 13,2 millones de toneladas. Además, la producción de acero bruto en España retrocedió el 5,1%, hasta 13,6 millones de toneladas, el volumen más bajo de los últimos 20 años.
La evolución de las importaciones en 2019, al igual que en los últimos años, ha seguido siendo relevante para el mercado, cayendo un 4,4%, en línea con el descenso del consumo. De los 10,3 millones de toneladas importadas, 7,1 millones fueron de la UE y crecieron un 1,8% interanual. Por el contrario, 3,2 millones vinieron de terceros países, un 15,7% menos que en el año anterior, debido a que en 2018 y adelantándose al inicio de las medidas de salvaguardia, estas importaciones habían ya subido un 20,5%. La cifra de 2019 vuelve, por tanto, al mismo nivel que tuvo en 2017.
Pero las cifras de 2019 parecen quedar ya muy lejanas tras esta enorme crisis humanitaria y económica de la COVID-19. Y pese a mantener las plantas abiertas durante este periodo, la ralentización ha sido evidente: en abril y mayo la caída de la producción de acero estuvo alrededor del 45% comparada con los mismos meses de 2019.
Por otra parte, Unesid, junto con CCOO Industria y UGT-FICA, ha dirigido una carta al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, mostrando la necesidad imperiosa de adoptar medidas que eliminen la brecha competitiva que genera en la siderurgia el precio de la electricidad. En la carta, se proponen al Gobierno medidas concretas, como son la dotación efectiva de la compensación por los sobrecostes eléctricos derivados del CO2, la convocatoria de una nueva subasta de interrumpibilidad, y aprovechar los fondos de formación para la imprescindible transición a una siderurgia descarbonizada, y, finalmente, la aprobación urgente de un estatuto del consumidor electrointensivo que garantice una solución real, normativa y de futuro a la industria siderúrgica española. Con estas condiciones, y de cara a la recuperación, la industria siderúrgica solo necesita un tratamiento similar al que dan los países europeos con los que compiten.
Fuente: www.interempresas.net
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